Cerró sus ojos, llevó las manos a su cara y respiró profundamente. Se quedó así por unos instantes. El corázón está angustiado. Sus ojos continuan cerrados. Las manos se posaron sobre su corazón, sintiendo el dolor. -Esfuerzo, perseverancia, sacrificio, amor y lealtad... tiene que dar algún resultado- piensa. La conjugación perfecta necesita conocer. Quiere abrir los ojos pero sabrá que el miedo la estará esperando.... silencio... bulla de silencio....
Las manos siguen en su corazón, manos frías. Quiere evocar la luz desde el interior, que se calmen las tempestades, encontrar los motivos, dejar esta batalla. Nadie lo sabe, necesita un abrazo cálido que la ayude a vencer el miedo.
Sus ojos continuan cerrados, lágrimas nacidas del interior fulguran como pequeños diamantes. Recuerda lo que en su refugio está escrito: Los que lloran también tienen razón-...
Con los ojos cerrados y con las manos en el corazón da un último suspiro, aunque esté sola, sabe que tiene la fuerza para estar de pie. Abre su mirada, dándose cuenta de que continua en el mismo lugar... y de que la luz de su interior no se irá....